SE PAGA LO QUE SE QUIERE

Un señor llamado Pablo Fleiss, escribe un artículo en La Diaria, titulado “Se obtiene lo que se paga” (http://ladiaria.com.uy/articulo/2013/7/se-obtiene-lo-que-se-paga/), y allí fustiga la idea que anda por estos días en la sociedad, de equiparar los salarios de los políticos con los de los trabajadores.
El articulista dice que hay tres argumentos esgrimidos por los defensores de bajar los sueldos a los cargos políticos: a) Los políticos tienen sueldos muy altos y deberían ganar lo mismo que un trabajador promedio; b) al no pagarles tanto, ahorramos dinero que se podrá destinar a mejorar la salud, educación, etcétera.; y c) Los altos cargos deben tener un compromiso fuerte por el servicio público y no estar interesado por la remuneración que se obtenga. Un bajo nivel de salarios por tanto, permite elegir a la gente más honrada y con mayor compromiso, a la vez que ahuyenta a los que buscan simplemente enriquecerse con la actividad política.
El primer argumento, lo despacha con una sola frase: “Sobre el primer argumento sólo diré que la demagogia de igualar hacia abajo no ha hecho nunca progresar a ningún país” . No dice una sola palabra acerca del argumento en sí, es decir, acerca de si los sueldos son altos o no, y si deberían ganar lo mismo que un trabajador promedio o no. Simplemente dice que es demagogia.
Yo voy a decir que los sueldos sí son muy altos, altísimos, de los más altos que existen en el país en la actividad pública. Tanto, que con  el argumento de que los ministros optaban por cobrar el salario de legislador y no el que les correspondía por su cargo, este gobierno equiparó esos salarios. El articulista dice que para “discutir si efectivamente estos salarios son elevados o no, para lo que habría que definir primero contra qué comparamos estos sueldos”, pero el se saltea olímpicamente eso y ni siquiera intenta una comparación. Por algo será.
Yo digo que son muy elevados en comparación, por ejemplo, con los salarios de los legisladores de otros países. En América son los legisladores que están en el 2° lugar mejores pagos. Ahí tiene una comparación. Son altísimos comparados con lo que ganan otros funcionarios públicos. Son altísimos en comparación con lo que gana un docente (ganan unas veinte veces más), por ejemplo. Son altísimos en comparación con la canasta familiar básica; los docentes reclaman que sus salarios mínimos equivalgan a media canasta familiar, algo muy lógico si se quiere, ya que supuestamente una familia está integrada al menos por dos personas, y esas dos personas podrían aportar media canasta cada una. Pero los legisladores ganan, ellos solos, más de cinco canastas familiares básicas, esto es, cada legislador o ministro podría mantener por sí mismos cinco familias.
El segundo argumento, no le parece relevante, y dice que “Cuando hablamos de altos cargos nos estamos refiriendo a un conjunto pequeño de personas -como mucho algunas centenas- por lo que una reducción de salarios de este grupo provocaría cambios muy marginales sobre el resto de las asignaciones presupuestarias”.
Claro, no entra a detallar, porque seguramente los números lo desmentirían. Si se llevara el salario de los legisladores (y únicamente los legisladores) a la mitad, y se les quitara la serie de prebendas que tienen (como diarios y celulares, por ej.), el ahorro anual seguramente no baje de 7 millones de dólares. Alguna que otra escuela o ambulancia, por ejemplo, se podría obtener. Y hablo solo de los legisladores.
El tercer argumento, para el articulista, “es el más interesante y discutible”. Y se hace la siguiente pregunta: “Pagarles más a los políticos, ¿permite atraer a la función política a personas más capaces, o por el contrario genera selección adversa hacia gente con pocas alternativas de éxito en el sector privado y/o de baja integridad moral?”
Luego se explaya en supuestas comprobaciones empíricas que llevarían a la conclusión de que sí, que pagando más a los políticos atrae a personas más capaces, más motivadas y con vocación de servicio público. Parecería ser que si la respuesta es esa, entonces la contraria también se daría (si no, no se entiende por qué las plantea como disyuntiva). Esto es: pagar bajos salarios “genera selección adversa hacia gente con pocas alternativas de éxito en el sector privado y/o de baja integridad moral”.
Esto ya sería una buena razón para un aumento generalizado de los salarios públicos (los políticos ya están bien pagos), puesto que de otra manera es obvio que estamos reclutando para esos cargos (maestros, profesores, profesionales de la salud, etc.,) a gente con pocas alternativas de éxito en el sector privado y/o de baja integridad moral.
De todas maneras, no se entiende mucho por ejemplo, si pagando salarios descomunales a los políticos estamos atrayendo a personas preparadas, capaces, motivadas, y de gran éxito en la actividad privada, por qué les pagamos una especie de seguro de paro durante un año luego de terminado su período legislativo. Si son tan brillantes y preparados...¿no consiguen inmediatamente un puesto en la actividad privada?
Y por último se me ocurren un par de reflexiones que tal vez no tenga ninguna importancia.
En primer lugar, los maestros y profesores, remunerados en forma paupérrima para la tarea que hacen y la responsabilidad que asumen ¿tienen pocas alternativas de éxito en el sector privado? ¿no es que trabajan también en la actividad privada y se los acusa de faltar a unos y no faltar nunca a otros? ¿son “y/o de baja integridad moral” por haber sido reclutados con bajos salarios?
Y por último.
Cualquier docente, si quisiera, podría integrar el Parlamento; bastaría con integrarse a la actividad política, integrar una lista y salir electo. Yo mismo, que soy carpintero, podría hacerlo. No se necesita ninguna idoneidad o habilidad específica. En cambio, casi ninguno de los parlamentarios podría dar clases en una escuela o liceo. Yo tampoco.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me molesta reconocer que en algunas cosas se esta errando el camino... creo que por ingenuidad o por vicios de formación... es evidente que si igualamos para abajo no progresamos... pues entonces por que no lo hacemos hacia arriba? en mi forma de ver las cosas rebajar los salarios de los que cobran "de"mas (no de los que cobran mas) como se propone es igualar hacia abajo pero si esto se utiliza para subir los sueldos de los que cobran menos dentro de los entes del estado ES IGUALAR HACIA ARRIBA si sumado a eso se le aplica el aumento por importancia de escalafón... como ser educación.. salud... seguridad... en este orden se veria mas compensatorio aun. Es largo de comprender y muy complejo, pero no imposible

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